Redes sociales en el trabajo
El uso de las redes sociales hace que una persona se pregunte cómo manejar y separar el ámbito privado del laboral o profesional.
Es curioso como nuestro comportamiento en las redes sociales refleja nuestra relación con la organización para la que trabajamos. ¿Sufres el “complejo de Gollum” en las redes sociales, o el “síndrome de Roberto Carlos”? [>> haz click y twittea la pregunta]
En estas líneas reflejo una opinión personal que
seguramente difiere de la opinión de otras muchas personas acerca de cómo han
de manejarse las redes sociales en el ámbito personal. Por presencia en las
redes sociales voy mucho más allá de Facebook, Linkedin o Twitter, las más
extendidas; también incluyo WhatsApp, Google Plus, Pinterest, Tuenti o
FourSquare. Salvo la excepción que supone Linkedin, casi todo el mundo entiende
que su presencia individual en las redes sociales pertenece a su ámbito
exclusivamente privado, y que no tiene nada que ver con el trabajo o con su
desempeño profesional.
Son cosas diferentes la privacidad y la exposición en
las redes sociales; y ambas son aspectos que una persona debe manejar en esas
redes. Asistimos hoy en día a la extensión de algo que yo llamo “Complejo de
GOLLUM en las redes” (mi muro de Facebook, mi tesoro). Pero las redes sociales
implican un deseo de estar ubicado en un sitio donde los demás me van a buscar
y me van a encontrar, donde deseo compartir y que los demás me compartan; nos
acercan a personas con las que mantenemos un contacto personal diferente. No
todas esas personas son amigas en sentido estricto; con los amigos y las amigas
en el sentido más puro de la palabra se habla en privado, se comparte en
secreto, y se viven experiencias en “3D”, porque se queda con esas personas y
se les llama. Las redes sociales están para otra cosa, nos sirven para crear
nuestra comunidad.
Esa comunidad en red está compuesta por distintos
círculos, la familia, los amigos y las amigas, los conocidos y las conocidas,
aquellas personas con las que estudiamos y que nos educaron y formaron, la
gente del trabajo, y también nuestros contactos en clientes, y en proveedores,
y un caso muy especial, que son los y las estudiantes que hemos formado. Cuando
dejas a alguien fuera de tu red estás alejando a una persona de ti. Muchas
veces la razón para hacerlo es la privacidad.
Y ahí aparece el “complejo de GOLLUM en las redes”
porque apartas a esa persona de ti, y sinceramente envías un mensaje claro de
que no te interesa. En el caso de personas conocidas o con quienes la relación
en su momento tuvo algún problema, quizás uno tenga más miedo al rechazo y la
sensación de que conectar a través de la red supone “no sé qué extrañas
conclusiones” que proyectamos como la opinión que de nosotros tendrá la otra
persona. Demos menos importancia a ese “hola virtual”, es una simple pregunta ¿quieres
que volvamos a estar en contacto? si te dan la callada por respuesta no hagas
conjeturas, igual simplemente no se ha dado cuenta. Yo no tengo problemas en
decir que sí y en preguntarlo, aunque también sufro mis miedos, que tienen que
ver más con mi pasado que con mi presente y mi futuro.
Pero la privacidad también afecta al ámbito
profesional. Si te preguntasen ¿sabes trabajar en equipo? No dudo de tu
respuesta, un SI rotundo. Pero si te preguntasen ¿qué haces para conocer a las
personas con las que trabajas? Seguro que en tu respuesta no siempre es: “pues mantengo
contacto con esas personas a través de las redes sociales”; la respuesta no
vale si es solamente con aquellas con las que siento afinidad. Debe haber una
preocupación sincera por lo que les interesa.
La otra forma en la que afecta la privacidad al ámbito
profesional está en si manifiesto un compromiso público con la organización, la
entidad o la empresa para la que trabajo ¿Aparece públicamente en tu perfil? Me
preocupo por difundir las cosas interesantes que hacemos. Yo aquí también rompo
una lanza por las personas, muchas veces lo único que hay para compartir son
mensajes de publicidad, y la verdad no es agradable convertir el muro de uno en
un lugar donde hacer publicidad de la empresa; y es que quizás las empresas e
instituciones aún no se han dado cuenta de para qué estamos las personas en las
redes sociales (obviamente no para que nos bombardeen con publicidad, ni
siquiera un solo anuncio).
Al final la presencia en las redes sociales refleja la
comunidad a la que uno pertenece, dice cuan extensa y diversa es, e indica y
refleja cómo somos, tanto en el ámbito privado como profesional. La privacidad
es importante, muy importante; pero las redes sociales hablan de relaciones
personales, y no nos equivoquemos las relaciones personales también existen en
el trabajo, condicionando el éxito y la felicidad en el trabajo, que depende,
entre otras muchas cosas, de cómo manejamos esas relaciones.
Quiero dejar claro que esto es solamente una opinión
personal, obviamente no es (ni pretende serlo) una indicación de cómo se han de
hacer las cosas en las redes sociales, ni siquiera es una recomendación; lo
único que pretendo es reflexionar en público acerca de una cuestión que
últimamente, aparece cada vez en más ocasiones en las conversaciones que mantengo
en “3D”.
¿En qué momento la privacidad se convierte en “complejo de
GOLLUM en las redes sociales”? ¿Cómo y dónde se establecen esos límites? ¿Tengo
el “síndrome de Roberto Carlos”?
Canción: "Yo sólo quiero un millón de amigos"
Intérprete: Roberto Carlos
DVD:
Roberto Carlos en Vivo (2008)
Web oficial de Roberto Carlos (enlace)
Detalles del CD para pedirlo en tu tienda de discos habitual (enlace)
© 2008 Sony Music Entertainment US Latin LLC
«No quiero cantar solito,
yo quiero un coro de pajaritos»
Letra de la canción
(extracto)
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